sábado, 10 de maio de 2008

René Descartes - Parte I

Apenas um pequeno texto sobre as duas primeiras partes do Discurso do Método. Em forma parcial de anotações de estudo.

René Descartes – ensayo de estudios acerca del “Discurso del Método”

El primer presupuesto, aunque después es clarificado, del Discurso del Método es que todas las personas tienen un buen sentido y una buena razón y no hay limitaciones naturales individuales. El error y la diversidad de opiniones no provén de diferentes naturalezas humanas, pero si de diferentes caminos que las personas toman en sus razonamientos. Tenemos, así, que hallar un camino correcto para la verdad, una dirección adecuada para nuestro pensamiento, y esta guía es el Método. La filosofía es una actividad muy carente de método, donde todas las opiniones están aún en disputa, o que indica que ella no esta cerca de la verdad, pues lo que es dudoso no siguió el método (una vez que ello no permite la duda) y si se encontró la verdad en alguna filosofía, no sabemos e ni podemos saber sin el método, pues ocurrió accidentalmente.

El Discurso del Método es la busca por un camino seguro para el desarrollo de las ciencias y de la filosofía. Es condición necesaria para que de facto exista filosofía; solamente después del desarrollo de un método que nos permita ascender a la verdad es que podemos hacer metafísica y descubrir los principios para las demás ciencias. Según Descartes, nadie antes de él se propuso a estudiar la cuestión del método con tanto rigor, y la crítica que hace a Aristóteles es por la multiplicidad de reglas del “método” de sus estudios y la excesiva generalidad de ellos. La evidencia más fuerte de que la filosofía no se aproxima de la verdad es que todos los temas tratados por los filósofos aún están en discusión, y cada uno parece tener su verdad, lo que es absurdo.

“Nada diré de la filosofía sino que al ver que ha sido cultivada por los más excelentes ingenios que han vivido desde hace siglos, y, sin embargo, nada hay en ella que no sea objeto de disputa, y, por consiguiente, dudoso, no tenía yo la presunción de esperar acertar mejor que los demás; y considerando cuán diversas pueden ser las opiniones tocantes a una misma materia, sostenidas todas por gentes doctas, aun cuando no puede ser verdadera más que una sola, reputaba casi por falso todo lo que no fuera más que verosímil” 33.

El texto es un discurso, y no un tratado, pues Descartes no intenciona dar instrucciones del uso del método, pero si hablar sobre el método y sus reglas generales.

“Mis designios no han sido nunca otros que tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobre un terreno que me pertenece a mí sólo” 37.

Así, en la segunda parte del Discurso, hay una reflexión acerca de las opiniones que le han sido pasadas por diferentes maestros al largo de su vida de estudios y sobre como son variadas tales opiniones. Sabiendo que cuando todavía no era un adulto capaz de utilizar planamente su razón, se da cuenta de que las opiniones de los maestros han sido enseñadas, pero que no fueran, de facto, aclaradas y verificadas por su propio pensamiento. Se hace necesario un proceso de purificación de las ideas, un deshacerse de todo que no fue introducido por su razón, para, ahora sí, buscar el verdadero método.

La reflexión acerca de las ciencias que a él fueran enseñadas iniciase con la lógica. Según él, esa es una ciencia infructífera, una vez que las instrucciones que da sirven más para explicar cosas ya sabidas o para hablar sin juicio de las ignoradas. Es una ciencia puramente formal, destacada de cualquier conocimiento sobre un tema; se trata de una ciencia de validez, no de verdad, una vez que las premisas de cualquier razonamiento lógico sobre un tema no salen de la propia lógica, mas sí de otro lugar, de otra ciencia, y las premisas son las que importan para la verdad. La lógica no pregunta por el contenido, sólo por la forma. Por lo tanto, la lógica tal como es (silogismo aristotélico), no puede ser el método.

Continuando sobre las ciencias dichas del entendimiento, después de la lógica, piensa en la matemática, es decir, en la geometría de los antiguos y el álgebra de los modernos. Las dos parecen referirse a temas muy abstractos de ningún uso y nos están debidamente organizadas sistemáticamente. El análisis geométrico, según Descartes, depende mucho de la imaginación para considerar las figuras, y el álgebra de su época era una arte oscura y confusa, púes no había una notación común y tampoco reglas claras. Con la matemática (álgebra y geometría), lo que pasa es que en aquellos tiempos no había generalidad, justo pues eran tratadas como disciplinas separadas, cada una con su propio método. En la búsqueda por una matemática más general, el filosofo crea la geometría analítica, con una notación adecuada para tratar del álgebra y con ella algebrizar las formas, que antes eran, en mayor parte, temas de la imaginación, que es una facultad más limitada.

“Por todo los cual pensé que habría que buscar algún otro método que juntase las ventajas de esos tres, excluyendo sus defectos”. 39.

Resumen:

- Lógica

Ventaja: generalidad, pues es formal.

Desventaja: no descubre cosas nuevas y tiene demasiadas reglas (silogismos).

- Geometría

Ventaja: parte de pocas y plausibles razones. Descubre cosas novas.

Desventaja: se basa demasiado en la muy limitada facultad de imaginar.

- Álgebra

Ventaja: permite una abstracción y una conceptualizacción de las formas de la geometría. Trata las formas solo con el entendimiento, una vez que hay geometría analítica.

Desventaja: la no existencia de una notación adecuada. Confusa y oscura.

Finalmente, las reglas del método:

1- “No admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia que lo es; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerse en duda”.

2- “Dividir cada una de las dificultades que examinare, en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su mejor solución”.

3- “Conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente”.

4- “Hacer en todos unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada”.

La primera regla es como un criterio de verdad. Solamente tomar como verdadero aquel que se me presenta tan clara y distintamente que no sea posible haber duda cuanto a eso. Las tres reglas siguientes son como que el camino para el conocimiento verdadero, o sea, claro y distinto (sobre la clareza y distinción hay algunos tópicos en “Los Principios de la Filosofía” que serán comentados en breve, acá). Pero esta regla es también el paso axiomático del método cartesiano, es decir, los axiomas de donde podemos sacar verdades subsecuentes tienen que ser tales que no exista cualquiera posibilidad de duda y solo así se pude descubrir otras verdades. Pero el orden de las reglas, en verdad, cuando de la aplicación del método, no parece ser esa; un cambio de la regla uno con la cuarta nos permite entender mejor el método. Si tomamos a regla primera como sendo, de facto, la primera a aplicarse, tendríamos algo muy parecido con el simples método de la geometría, cuando en verdad el método de Descartes no se compone solo de un análisis, pero también de una síntesis.

Veamos. La primera regla sería la de revisar, que es lo que hace él cuando pone en duda todo que antes le habían enseñado. Aquí lo que pasa es que el propio proceso de poner en duda todo aquello del pasado se basa justamente en la regla del criterio de verdad, de modo que esta regla es, al mismo tiempo, parte primera y parte ultima, como se verá. Así como, de cierto modo, la regla de la revisión será la primera, pero también la ultima. Después el método exige la división, o sea, el tratamiento de los problemas por sus partes para que se pueda cumplir la tercera regla, de ir avanzando de las partes simples a las complexas. Pero, ¿de donde salen esas dos reglas?

Ellas vienen del suceso obtenido por el propio Descartes en sus estudios matemáticos, donde aplicó el método axiomático tradicional de la geometría, empezando de las cosas más simples e más fácilmente conocidas y consiguió obtener verdades matemáticas.

Tenemos, entonces, un método analítico-sintético, o sea, de una ascensión al conocimiento que empieza de suposiciones, que son decompuestas, hasta que se logre algunos axiomas. Una vez que de la falsedad, todo se sigue, y las suposiciones iniciales pueden ser falsas, se hace necesaria la parte sintética, para recomponer aquello que fue decompuesto, ahora partiendo de los axiomas alcanzados. En las meditaciones el objeto de estudio es el conocimiento. Empieza la, así dicho, aplicación del método, por la análisis de las diferentes partes de conocimiento (sensibilidad, entendimiento, imaginación). Hace con que todo lo que se toma por verdad comúnmente tenga que pasar por el criterio de verdad, que ahora es la evidencia (claridad y distinción), y no mas, por ejemplo, correspondencia, lógica o algún criterio pragmático, hasta que no quede nada más, sino aquello que no puede ser puesto en duda. Se queda el cogito, el primer axioma, y entonces se hace necesaria la reconstrucción, o mejor, la síntesis.

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